viernes, 26 de diciembre de 2014

Gragas y la leyenda del barril

—¡Cerveza, quiero más cerveza!. —Gritó Gragas en medio del gentío que había en la concurrida taberna.

—Mis Trenzas por una cerveza, hip—Repitió con mas vehemencia.

Al ver que nadie le hacia caso lanzó el barril vacío de la última que se había tomado contra la barra donde los camareros se afanaban en servir a todos los clientes, pero esa noche la suerte no estaba de su lado y el barril rebotó contra el techo  y volvió al  lugar de donde fue lanzado entrándole por la cabeza y ajustándose al cuerpo de Gragas como un guante, aunque parezca mentira su tripa entró en el barril.

El golpe lo dejó algo aturdido por lo que se tambaleó, lo que le hizo deambular medio atontado hasta que cae al suelo. A Gragas no le importaba su situación lo que realmente le preocupaba era ¡que no tenía cerveza!, pro lo que se levantó despacio con su barril de vestido y fue hacia el posadero a pedirle más cerveza con buenas palabras.

— Chico, ¿serías tan amable de traerme otra jarra de cerveza hip?  o hago una maraca con tu cabeza—Dijo mientras se intentaba rascar las nalgas patéticamente a través del barril.

El camarero conocía la a Gragas de hace mucho tiempo y sabía que no había que tomarse sus amenazas en vano, aun recordaba la ocasión en la que dos yordies se mofaron de la la barriga de Gragas y este los cogió a ambos por sus cabezas y las entrechoco o la vez que para intentar emborracharse se metió en un tonel gigante de cerveza y al salir sus ropas estaban tan empapadas que se le caían por el peso y tenía que sujetárselas con la mano mientras caminaba y todo aquel que se rió de él sufrió todo el peso de su cuerpo encima..literalmente. Así  que sin demora le trajo lo que le pedía.

Contento con su preciada bebida siguió bebiendo sin parar hasta que reparó que gracias al barril que llevaba de traje no se manchaba lo que le dio la más genial de las ideas.

—¡Quiero una barril armadura!—Era una idea perfecta, sería mucho más fuerte en la grieta del invocador.

Gragas sale de la taberna y se dirige a la herrería de Poppy, al llegar dice

—Enana tengo un encargo para ti.  Le dice a la herrera con tono del típico tono risueño del que lleva dos copas de más.

Poppy que tenía menos sentido del humor que una castaña le mira de mala ostia y le dice con su voz casi masculina.

—Me vuelves a llamar enana y te meto tal martillazo en los dedos de los pies que serás la envidia de todos los patos.

— Hip, lo siento, lo que te quería pedir marimacho es que me hicieras una armaaaaaa—Antes que terminara la frase Poppy le endiñó tal martillazo que le hizo trizas el barril que llevaba Gragas , solo quedaron los aros metálicos que cayeron al suelo de manera estrepitosa.

Gragas miró lo que quedaba de su vestido, se encogió de hombros y se giró mientras decía.

—Necesito una birra para ahogar las penas y un baño que estoy muy pegajoso

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